Alimentación bebés y niños
En la alimentación de bebés y niños a partir de los 6 meses comienza la variedad
El primer año de vida es determinante para el crecimiento de un niño. Hay que asegurarle una alimentación suficiente y adecuada para prevenir posibles enfermedades y crear unos buenos hábitos. Durante los primeros meses basta la lactancia materna…
pero por regla general, a partir de los seis meses se empieza a introducir la alimentación complementaria.
La razón más importante es cubrir las necesidades energéticas para que el niño se desarrolle y crezca adecuadamente, que pasan de las 550 calorías al día a las 1.050 cuando alcanza el año.
Los papás han de ir sustituyendo las tomas de leche que recibe su bebé por los distintos componentes de la alimentación complementaria (papilla de cereales, fruta, puré de verduras…).
Deberán hacerlo de forma paulatina, con intervalo suficiente para que su bebé vaya aceptando los nuevos alimentos, probando su tolerancia antes de introducir uno nuevo y dando tiempo a la adaptación de su organismo.
Aunque a partir del cuarto mes, el bebé es capaz de sostener la cabeza, tragar alimentos semisólidos, coger una cuchara, la OMS, recomienda prolongar la lactancia exclusiva hasta el sexto mes de vida, con el objetivo de no interferir con la lactancia materna, evitar en exceso la carga renal (menor en la leche materna), y no exponer al bebé a determinados alimentos que pudieran desencadenar una alergia.
Baby led weaning
En los últimos años se ha instalado una corriente denominada “baby led weaning”o “destete dirigido por el bebé”, una forma de introducir los alimentos a los bebés en los que no se les ofrecen papillas, sino comida en pequeños trocitos.
Esta forma de incorporar los alimentos, comienza aproximadamente a los 6 meses de vida, cuando el niño es capaz de mantenerse sentado y tiene inquietud por probar alimentos. Siempre se prioriza la toma de leche, que debe ser la primera opción, para acto seguido ofrecerle trocitos de fruta o verdura cocida, etc., que ellos solos puedan coger con su mano.
Este destete dirigido por el bebé, también debe ser realizado poco a poco, incorporando un alimento cada varios días con objeto de ir observando posibles intolerancias y evitar aquellos alimentos que puedan ocasionar atragantamientos (por ejemplo, los frutos secos, frutas con semillas…) o alimentos excesivamente duros, que no pueda masticar bien.
La introducción de la alimentación del bebé deberá seguir siempre las recomendaciones del pediatra, ya que son los profesionales sanitarios los que conocen el estado de salud del bebé.